Hace
un tiempo que estoy forzando a mi neurona intentando recordar los
detalles para poder subir la historia (sin éxito) porque fue un hecho
nada común, pero no hay caso... no lo logro. Apelo a los integrantes del
foro, si hay alguno que participó en la maniobra: B/M Rio Olivia, Línea
Mediterráneo, año 82/83, de bajada hacia Baires, Latitud y Longitud: en
"medio del charco", nosotros (los marineros) nos enteramos a último
momento, pero un buque (creo que un gemelo al Olivia) de nuestra ELMA de
"subida", proveniente de Santos y con destino a algún puerto Europeo,
traía una carga "indeseable": 2 polizones argentinos. La cuestión es
que, previa comunicación entre los dos comandantes (ignoro si con
autorización u orden desde la empresa) deciden encontrarse en un punto
del ancho Océano Atlántico para hacer el "alije" de los dos (parece ser
que en el puerto de destino nunca iban a permitir el desembarco de
polizones) De tal modo que se realizó toooda una maniobra de
zafarrancho, escala de práctico nosotros, bajada del bote salvavidas de
ellos,con dotación completa, suben los 2 a bordo del Río Olivia
(previamente habían instruido al carpintero, dos marineros y el cabo
para estar muy atentos a dominar físicamente, por las dudas se rebelen, a
los dos "pasajeros") Los dos pibes (unos 25/28 años) tenían un miedo
terrible y sin ofrecer la más mínima resistencia fueron llevados al
camarote del Capi quien les puso los puntos sobre reglas de
comportamiento y conducta durante lo que quedaba de viaje hasta llegar a
Buenos Aires. Por supuesto, los dos fueron destinados a convivir con
nosotros, y nos contaron: Habían subido al buque en el puerto de Santos
mezclados entre los estibadores, con equipaje mínimo, se escondieron
durante dos días en el pañol de popa, cuando los apremió la sed y el
hambre, decidieron subir y darse a conocer, pidieron hablar con el
Capitán, explicaron su deseo de llegar a Europa en busca de un mejor
destino para sus vidas y ofrecieron "pagar" pasaje y comida a cambio de
cualquier tipo de trabajo que le indicasen, manifestaron estar
dispuestos y ser voluntariosos. Aparentemente, el comando accedió a ello
y se los dejó a órdenes del Contramaestre, los muchachos laburaban
contentos en cubierta, pintando, barriendo o lo que el Contra les
indicase, ayudaban a lavar platos, eran bien tratados por la tripulación
y todo marchaba sobre ruedas. No les resultó extraño cuando el tercer
oficial los invitó a participar de un zafarrancho de abandono, práctica
habitual entre los hombres de mar, con arrío del bote salvavidas
inclusive, ellos se dirigieron a sus posiciones contentos y expectantes,
sobrevino el pánico cuando, disimuladamente, un tripulante arrojó sus
bolsitos dentro del bote segundos antes de comenzar a bajarlos. Nos
contaron que se les vino a la mente todas las anécdotas que habían
escuchado sobre barcos griegos que arrojaban a los polizones al mar. De
allí, el miedo con que subieron a nuestro buque, habían imaginado que en
lugar de traspasarlos a otro buque argentino, serían arrojados a los
tiburones!! Durante el viaje (unos siete días) se comportaron de manera
excelente, colaboraban en todas las tareas que les asignaba el Contra, y
querían ayudar en todo lo que le permitiesen. Una vez atracados en el
puerto de Baires, subió a bordo una comisión de Prefectura, directo al
camarote del Capi quien pidió que no sean bajados con esposas y los
recomendó por su buen comportamiento. Nosotros los despedimos con cierta
pena, imaginábamos que le depararía prisión. Sorpresivamente, esa misma
noche, vinieron a cenar al Olivia!!! Yo me desembarqué de ese buque y a
los 40 días embarqué en el Tierra del Fuego II hacia el Mar del Norte,
primer puerto, Montevideo, desde allí hacia Santos, cuando a la noche me
dirigí hacia el "templo" en la rua da perdiçao a degustar uma cerveja,
para mi sorpresa, estaban los dos polizones nuevamente en Santos!!!
Esperando y estudiando las posibilidades de "colarse" en algún buque,
por supuesto, en ninguno de ELMA!!!
Cierto todo.saludos 2 do cocinero.
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