POLIZON EN EL GLACIAR PERITO MORENO por Martin Becerra
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GLACIAR PERITO MORENO |
DE POLIZONES!
Era el fin de una tarde soleada sobre la costa de Normandia,el Glaciar
Perito Moreno surcaba las agua del estuario del rió Sena, dejando atrás
el puerto de Le Havre en camino a Rotterdam, donde llegaríamos al día
siguiente.
Finalizada la maniobra de salida, decidí subir por la
escalera interna que comunicaba la sala de maquinas con la chimenea y de
ahí salir a la cubierta de botes, para observar la densidad y color del
humo que emanaba del motor principal al cual durante le estadía le
habíamos realizado un cambio de inyectores.
Sorprendido quede al
mirar hacia arriba y ver que sobre el artefacto que lucia la contraseña
de nuestra querida ELMA, flameaba algo que no podía identificar, podía
ser un trapo, estopa o algo similar. Mas anonadado quede al darme cuento
que aquello que movía el viento era el cabello de una persona y debajo
del cual había un par de ojos que me observaban.
No hacia falta pensar demasiado para darme cuenta que estaba en presencia de un polizón.
Fue así que me traslade al puente de mando y di aviso al personal de
guardia, quienes a su vez se lo comunicaron al Capitán don Ernesto
Clutterbuck, dicho sea de paso, un señor con todas las letras! quien
organizo dos grupos que instaron al hombre a bajar de la chimenea, a lo
que accedió sin ningún tipo de resistencia.
Se trataba de una
persona joven, de unos 25 años aproximadamente, de tez morena, dijo ser
Marroqui, habia subido en Francia y su idea era quedarse en Hamburgo o
sea , nuestro ultimo puerto.
Esa noche se le brindo alojamiento y
comida como a cualquier tripulante. Al día siguiente al arribar el buque
a Rotterdam, el Capi denuncio el hecho a las autoridades Holandesas,
quienes procedieron a la detención del polizón.
Pero, grande fue la
sorpresa, cuando luego de dos días de estadía y listo el barco para
soltar amarras, los Holandeses le entregaron nuevamente el detenido al
Don Ernesto para que se haga cargo del mismo.
Al llegar a Hamburgo,
los Alemanes, que ya estaban enterados del "ilegal" que traíamos a
bordo, procedieron de la misma forma que sus vecinos y se llevaron al
hombre hasta que el buque estuvo de salida y lo depositaron nuevamente
en el mismo.
Debo aclarar, que, no recuerdo como ni en que momento
se le encontró al muchacho, escondido en su bolso, un boleto de avión
que servia para viajar de Paris a Bombay
que ya había sido usado, y en el cual figuraba la leyenda "deportado".
Esto daba por tierra su versión de que era Marroqui y dejaba asentado
que era Hindu, ademas comprobaba que ya había sido enviado de Francia a
La India y de alguna manera regreso.
Y así fue que con el polizón a cuestas comenzamos a desandar los 16 días de navegación que nos separaban de Bs As.
El hindú, que se movía libremente por toda la nave, pidió colaborar con
los trabajos de la misma,fue entonces que se lo asignaron al
contramaestre para tareas livianas en cubierta. Pasados unos
días,comento que esa actividad no le agradaba y quiso pasar a la cocina,
lo cual le fue concedido.
Un párrafo aparte merece su trato hacia
mi persona quien había sido su descubridor entregador y ademas le habia
arruinado sus planes de vida en Europa.
Si bien nunca dijo nada al respecto su mirada y trato evidenciaban que yo no era justamente su amigo.
Con el correr del tiempo fue ganando mas beneficios por parte de la
muchachada quienes le obsequiaban chocolates, cigarrillos,vino, etc.
Aquí comenzaron los problemas, pues fue mostrando su verdadera
personalidad, que no era tan sumisa como aparentaba, y cuando el alcohol
hacia efecto empeoraba notablemente.
Llego el primer asado de
bajada, y hospitalidad marinera de por medio, mi amigo fue invitado.
Luego de la ingesta de chinchus, chori,carne y vino Comenzaron de su
parte algunas bromas pesadas hacia algunos tripulantes, por lo que se lo
"invito" a retirarse de la reunión que se realizaba en cubierta.
Rato mas tarde, cuando el asado había culminado, subo a la cubierta de
comedores para tomar un café en compañía del cocinero, al pasar por la
comisaria notamos como el polizón acosaba en forma verbal y ya casi
físicamente a la pilotina de comisario, al increparlo por esta acción el
hombre se me abalanzo y nos tomamos a golpes pero rápidamente nos
separaron, el cocinero, un marinero y el Comisario que apareció
repentinamente.
Lo primero que hizo el hindú fue correr a contarle
al Capitán que yo lo había agredido, obviamente los testigos dijeron la
verdad y la orden del Máster fue, cero alcohol para mi amigo y al menor
disturbio encerrarlo en un camarote.
Así fue como llegamos a Bs As,
donde tomaron intervención las correspondientes autoridades de nuestro
país y la embajada de la India.
Mientras se llevaban a cabo las
negociaciones y sabiendo de la audacia del muchacho, la orden fue
mantenerlo encerrado en un camarote ya que por el gran movimiento de
gente que se registraba a bordo en el puerto de Baires se hacia difícil
controlarlo.
Así y todo, el amigo volvió a mostrar su astucia
escapando por el ojo de buey y deslizándose por los cabos de amarre
hacia el muelle.
Lo que no sabia el hombre de la India, era, que en
estas latitudes existía una raza denominada "pasteros" ( para los que no
lo saben, son personal se inteligencia de Prefectura que solían
vestirse de civil y camuflarse entre el personal portuario).
uno de
esos hombres observo los sigilosos movimientos del fugitivo y
sospechando que era alguien que llevaba mercadería de contrabando en su
bolso procedió a detenerlo, al enterarse del caso lo traslado nuevamente
al GPM, donde ya con medidas de seguridad mas estrictas quedo detenido.
La historia culmina con el viaje de regreso a Le Hvre con el polizón a
bordo donde lo esperaba las autoridades Francesas e Hindúes para
presuntamente mandarlo nuevamente a su país.
No hice ese viaje ya
que quede de licencia, pero supe de nuevos problemas entre tripulantes y
el afortunado. Digo afortunado, porque si en lugar del Capitán
Clutterbuck
Hubiese habido un Griego o algo parecido, el final del amigo Hindu no hubiera sido tan agradable.
Esto habla de la honestidad y hospitalidad del Marino Argentino. Martin Becerra
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Quizás seas el Martín que conocí a bordo cuando volví repatriado en el 84 desde Canarias. (Soy el que reparó los tres televisores de a bordo). Gracias a todos (marinería, maestranza y oficialidad) por el exquisito y amistoso trato recibido. Salvo una infección de oídos tratado por la enfermera de a bordo, adquirida en la "pelopincho", todo bueno, muy bueno, incluso la "vaquita" que me hicieron para que pudiese volver a Rosario. Gracias a todos, a los que más recuerdo: Fernández el cocinero, (que me convidaba a probar todas sus exquisiteces), Gareca, Martín, Carucha, "Pajarito" que viajaba con su hijo Cristian, Gastón que era el hijo del capitán y a todos los que no recuerdo de nombre. Salvo el jefe de máquinas que era algo hosco, el resto todos de oro puro, incluído el capitán que me invitó a subir al puente al llegar a Buenos Aires, con "Mi Buenos Aires Querido" a todo volumen.
ResponderBorrarTambién me cabe agradecer al consulado argentino, cónsul y personal del mismo que se implicaron en que yo pudiera embarcar, ya que al capitán ya le habían tocado algunos repatriados quilomberos y mal llevados y al principio se resistía a permitirme abordar. Hicimos Las Palmas, Le Havre, Rotterdam y Hamburgo (incluso me permitieron bajar en Hamburgo para comprar algunos repuestos para reparar los TV de a bordo)
ResponderBorrarMUCHAS GRACIAS POR PUBLICAR FOTOS DEL PERITO MORENO... LO QUE NO PUEDO CONSEGUIR ES UNA FOTO EN COLORES REALES...
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