martes, 25 de junio de 2013

gracias PICA  PALO  MUY BUENA
CATAMARCA II

CATAMARCAII
De Tercer Oficial y vino tinto...       

Hace poco hablábamos con el Capitán Cecchini de las diferentes guardias de navegación, tareas específicas y demás funciones de los Oficiales de Cubierta. Bien describió el Capitán en apretada síntesis cuál era el rol interpretado por cada uno.-

Hoy, para encuadrar mi relato, voy a referirme al caso específico de lo inherente al 3er. Of. De Cubierta y su accionar en el marco de lo que fue un caso verídico y específico.-

Corría el año 1987, era un buque de ELMA afectado históricamente a la línea Lejano Oriente, en el mismo embarca Capitán de relevo y también lo hacen 1er y 3er. Oficial de Cubierta por francos de los titulares. El “Tercero” era un muchacho joven con poco tiempo luego de recibido y – por ende – aún menos singladuras.-

Este “Tercero” era un joven con un singular nivel de cultura y un grado de inteligencia en concordancia. Su apellido era de origen ruso, idioma que hablaba, leía y escribía a la perfección. Su padre se desempeñaba en el mettier periodístico pero no recuerdo con precisión cual era su función específica. Su entorno se adivinaba como el de alguien formado en un nivel medio superior cuando mínimo. Y encima era muy amable y educado, a la par de que se lo veía libre de cualquier prejuicio.-

Cuando zarpamos de Buenos Aires, el 3er Oficial aludido dejó ver unos principios fuertemente arraigados en lo que hace a la relación laboral conchabado-conchabante, su natural testosterona hizo que adquiriera una posición irreductible y - autoconvencido de que un hombre para trabajar debe dedicarle sólo ocho horas diarias de su vida a su labor - se negó a hacer horas extras, quizá pensando que el resto de sus colegas lo imitarían en su gesta y la plana se sumaría a su reclamo. Obvio que su actitud quijotesca hizo que terminara más desubicado que Ricardo FORT un 1º de Mayo...

Las cosas se empezaron a poner tensas. El jovencito cumplía sus dos guardias de navegación de cuatro horas cada una y el resto del día - como gallina en el nido - hacía “huevo”.-

El tema era que todo lo referido a las cuestiones de los elementos de salvaguardia y seguridad, ámbito cuya atención generalmente le está destinada a esta jerarquía en los espacios donde se generaba el “over time”, pasó a estar completamente desatendido.-

El Master empezó a inflarse y las discusiones arreciaban, para colmo sus pares lo miraban como si de repente su vestimenta lo asemejara a un zorrino, pocos se le acercaba y llegó a almorzar y a veces cenar en solitario por el éxodo del resto de la oficialidad a los turnos opuestos.-

Las cosas iban cada vez peor.-

Para quienes hayan leído mi relato anterior sobre mi caries atendida en Hong Kong les cuento que el presente es coincidente con dicho viaje. Y fue justamente en Hong Kong donde el Capi le metió un fulbo al joven “Tercero” mediante el cual terminó aterrizando en Singapore y de allí continuó viaje como “repatriado” en un buque hermano hacia BAires.-

El relevo sería enviado a un puerto de Japón, lo cual significaría que por un espacio de una semana a diez días habría un oficial de cubierta menos. Las tareas de puerto se repartieron entre el 1º y el 2º. La guardia de navegación fue atendida por el mismo Capitán.-

El plantel de “Marinería” - como solía ser en ELMA - estaba formado por un simpático mosaico étnico variopinto que le daba color vivo a la comunidad flotante. Dentro del mismo había un Marinero de unos 45 años aproximadamente, su aspecto lo remitía a alguien de 60 años dado sus largas mareas cumplidas en la pesca cuyas consecuencias se habían perpetuado en su piel, sus huesos y su salud. Sumado a ello una espesa barba negra y su físico - aunque ajado - aún morrudo, recortaban su figura como un bucanero de “Barba Roja”. Este pirata aggiornado - cuyo apellido verdadero por delicadeza no mencionaré - era un muy buen tipo. Pero - siempre hay un pero - arrastraba una costumbre no muy ventajosa desde tiempos anteriores...

Noche calma de navegación, guardia de 20:00hs a 24:00hs o sea turno del 3er Oficial, posición bajada en Mar de la China rumbo a Japón luego de haber dejado Hong Kong atrás y allí al “rebelde con causa”. En el puente el Capi en funciones de “Tercero” y nuestro amigo bucanero al que le daremos cualquier apellido para identificarlo en el relato, por caso sea “García” quien tenía como función otear el horizonte en busca de obstáculos a la navegación. Ambos radares encendidos, piloto automático en “ON”, velocidad aproximada 14knts.-

La jornada en sus postrimerías era inmejorable, el puente - totalmente a oscuras como corresponde - resultaba tenuemente iluminado por Selene que se filtraba por los parabrisas y las aberturas de los alerones. La secuencia de barrido de los radares eran monótona alterándose sólo ante su paso por la “línea de fé” sin mostrar “target” alguno. La mar estaba serena, serena estaba la mar.-

El “Comandante”, como gustan definir en Brasil a los Capitanes Mercantes, era alguien inquieto por naturaleza. Siempre tenía algo en qué ocuparse, y si no lo tenía hurgaba en procura de algún motivo para levantar un sumario. No era mal bicho, pero le encantaba esa cuestión de erigir estrados, destacar un “Sumariante”, el que en verdad no era más que un “Escribiente”, y - posiblemente interpretando que se instituía en un “Magistrado” al ser la máxima autoridad a bordo y encima se lo denominaba “Master” lo que lo ubicaba a pocas letras de ser “Magistrado” - comenzaba con las ruedas de interrogatorios después de haber detectado una causa que le permitiera ejercer su espíritu de señoría de primera instancia barrial fracasado.-

Pero en este viaje ya había tenido oportunidad de aporrear el teclado de la Olivetti en un par de ocasiones. La más rimbombante fue con el “Concejo de Oficiales” formado a consecuencia del díscolo tercero, más otro bolonquete previo que tuvo lugar en aguas criollas a la partida de BUE en viaje hacia Puerto Madryn que involucró a un Oficial y a personal de Cámara. A consecuencia de lo anterior ya había roído bastante hueso gastando colmillos, así que a esa altura del viaje sus ansias estaban satisfechas y su adrenalina prácticamente agotada.-

Calma chicha. El silencio en el puente de mando era atrevidamente alterado por el tenue silbido de la fuente de los radares y la potencia de las “magnetron” en su tarea de empujar las ondas por sus guías hasta las antenas rotativas. El radiograbador, que con las otras dotaciones siempre estaba sintonizando alguna estación comercial de broadcasting en FM que osara adentrarse aguas adentro o en su defecto corriendo la cinta de algún cassette con intérprete a gusto de la dotación “on duty”, ahora guardaba respetuoso silencio ante la presencia del “Magister” abocado a la conducción de la nave. El equipo de VHF, clavado en los 156,800 mHz del CH16, se mostraba totalmente inactivo. Nada había que pudiera alterar la paz de ese templo náutico. -

El Capitán alternaba entre la sala de derrota y el propio puente, cada tanto pasaba por la cafetera y se servía un pocillo de la más popular y difundida de las infusiones en todo el mundo ya que era adicto a la misma. Encima en un acto de arrojo “mamá” ELMA en BAires nos había provisto en despensa de “coffe beams” provenientes de Colombia traídos por algún barco de la familia que tocaba costas de ese país, el que era muy superior al que embarcábamos en Santos para aprovisionar flota y edificios empresariales respectivos. Después de todo no estaba tan mal recordar épocas post-pilotinianas reflexionaba el Master. Pasados los escollos de los sumarios iniciales - que en verdad para él eran un entretenimiento - las cosas habían quedado bien consolidadas on board, a disfrutar entonces.-

El soliloquio del “four ribbons” de repente se vió quebrado por un ruido. Un ruido raro. Nada en el ámbito del alojamiento de la rueda de cabillas podía ser relacionado con ese ruido. Qué habrá sido...? Pero ante la ausencia de repetición sonora nuestro mandamás volvió a su autoinmersión mental. Y el ruido regresó...

El Capi recorrió lentamente con la vista el territorio del puente de mando. Inmediatamente detrás de él estaba la puerta de salida hacia el alerón de Er, la misma estaba bien asegurada por ende no podía moverse ni sonar de modo alguno. Al margen de que la nave se deslizaba como un cuchillo caliente en un pan de manteca en un mar más llano que una autopista, eso hacía que la medida de rolido y cabeceo diera resultado “cero”. Igualmente, insistía, ese ruido no se compadecía con nada relacionado a la rutina del puesto de comando. Siguió mirando en búsqueda de algún elemento suelto que pudiese generar esa sonoridad opaca pero el resultado fue negativo. Se acercó al VHF y abrió el control de “squelch” ingresando el soplido natural de la banda en reposo pero con total ausencia de modulación. Continuó la recorrida con la mirada apreciando que lo único que alteraba el diseño normal del puente era la figura del Marinero García, el cual se encontraba de pié frente al parabrisas del lado de Br manteniendo sus brazos cruzados y apoyados sobre el tablero ligeramente encorvado hacia adelante con la vista orientada a fil de roda. Terminó de escudriñar el predio sin encontrar la fuente de su desvelo.-

Sin bien le daba lugar a pensar que fuese algo que “le hubiese parecido”, el Capitán permaneció atento como un fox terrier de pelo corto al aguardo de ver la laucha que sabe que en algún momento se va a mostrar. Y no se equivocó. El “ruido” volvió. Y más intenso y extenso que antes. Y venía de la banda de Br...

El Capi no medía más de 1,70 de altura, abdomen prominente, piernas cortas, es decir nada que llevara a relacionarlo con un deportista. Salvo cuando lucía su uniforme “blanco tropical” con shorts y medias al tono que - en momentos que no lucía gorra - lo remitía a un “balls boy” de Wimbledon. Sin embargo, ante la repetición sonora, en dos zancadas dió la vuelta al pupitre del radar de Er y salió disparado en dirección a donde suponía que se encontraba la raíz de su inquietud.-

Llegó al lado del Marinero García, el cual conservaba la posición antes descripta, con el agregado que su pera descansaba sobre sus brazos cruzados y su cara dirigida a la proa del navío. Ni bien el Comandante se plantó al lado del pseudo griego el ruido fluyó alcanzando mayores decibeles. Ya no había dudas, no eran “ruidos”, eran RONQUIDOS...!!! Y muy profundos...!!! Y quien los emanaba no era otro que el Marinero García...

El Master no podía dar crédito a sus ojos... cómo podía mantenerse en pié, por muy apoyada que tuviese su cabezas sobre sus brazos y éstos sobre el tablero, estando tan dormido?

“García...!” fue imperante el Capitán sin tener resultado.-

“García, despierte!!!” Insitió con mayor énfasis el Master. Allí el conminado emitió un murmullo inintelegible lo cual hizo que la conminación se le repitiera...

Ante la insistencia del máximo oficial García masculló más claramente, llegándosele a entender : “...la uva, la uvita...!” lo cual repetía cansinamente ante cada intervención del Capitán, a la par de que un fétido hálito etílico acompañaba el decir del bello durmiente...

Cuando - por fin - se lo pudo sacar a García de su sopor de color tinto, fue enviado a despertar a otro Marinero en condiciones que lo relevara en las funciones de la guardia de navegación, acto seguido se fue a dormir la mona.-

Zás! Dijimos todos cuando nos enteramos de los pormenores del caso. Se viene más trabajo para la Olivetti que ya estaba de vacaciones, pensamos en simultáneo. Y va a haber un nuevo expulsado con tarjeta roja y desembarco con un fulbo en el fin de la espalda como ocurrió con “rebelde way” en HK fue la reflexión común...

Nos equivocamos. Y muy fiero.-

El Capi lo citó en el camarote a García al otro día y le dió shampoo y crema de enjuague al mejor estilo Giordano, creo que le hizo pelo y barba, de donde salió diciendo “moviendo las cabezas”. Contradiciendo incluso los mejores pronósticos no hubo sumario y mucho menos desembarco de oficio. García siguió el viaje redondo con nosotros.-

Dicen que para hacer pasar una buena curda no hay nada mejor que un buen susto... En el resto del viaje García se volvió un cultor de las gaseosas...     
                                                  Pica Palo  junio 25 de 2013

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