EL VATICINIO DEL CAPITAN
Es frecuente escuchar que
los hombres de mar son supersticiosos, no es este el caso de
analizar si los presentimientos
o la futurología, basándose en la astrología, en las orbitas y traslación de
los astros, constelaciones, cartas astrales de las personas y del universo, en
las “áureas” de los individuos o en las lecturas de libros esotéricos, o
simplemente en las coincidencias o casualidades que tratan esos temas, porque
los hechos que voy a relatarles, se basan en sucesos acaecidos en el año de
1954, absolutamente verídicos y donde hubo que lamentar victimas fatales.-
El relato lo escuché de
labios de un viejo capitán, ya retirado, de una larga trayectoria en los buques
mercantes de ultramar, navegante por mas de cuarenta años en todas clases de
navíos y de rutas, que lo formaron como a tantos otros, en espectadores de la
vida en tierras lejanas con costumbres
extrañas a las nuestras y de situaciones incontrastables para aquellos que en la vida nunca abandonaron el suelo nativo, porque el
viajar, llena las alforjas de sabiduría, de comprensión y de respeto por otras
culturas que se encuentran allende los mares.-
Nos habíamos reunido en una
cena en la que se encontraba este viejo capitán y cuando la charla derivó hacia
los temas de las experiencias vividas en nuestros viajes, cada cual relató la
suya alguno más sabrosa que otras, las que seguimos atentamente en la seguridad
que en transcurso de la conversación saldría alguna historia verdaderamente
extraña.-
Ya habíamos llegado al café
cuando uno de los comensales, le dijo al viejo capitán, si no tenia alguna
anécdota que contar, ya que había permanecido en silencio escuchando cuando los
otros asistentes relataban sus historias, no mechando ningún comentario, pues había
permanecido pensativo durante la cena.-
“Pues bien-dijo el marino-les
voy a contar un hecho que me ocurrió cuando era tercer
“oficial, hace ya unos años
como ustedes podrán suponer-añadió irónicamente.-
“No se si conocieron al
capitán G?-preguntó a todos y a nadie en particular.-
“Bueno si-contestaron dos
de ellos-lo conocimos por los relatos que contaban acerca de
“su debilidad por las
historias esotéricas y que antes de aceptar un tripulante a bordo, lo
“interrogaba, acerca de los
datos de su nacimiento en lo relativo al día, hora y año.-
“Si efectivamente
-interrumpió el capitán- es el mismo al que me refería.-
“pues bien-continuó
explicando-G. se había interesado en el arte de la precognición.-
“A lo largo de la historia
de la parapsicología-comenzó explicando el narrador- y a medida
“que se han presentado y
analizado casos de personas que parecían conocer hechos futuros
“antes de que estos
ocurriesen, se ha intentado lograr una definición clara y precisa.-
“Trataré-explico el viejo Capitán-de
definirlo de esta manera: la precognición es la capacidad “que tiene el ser
humano para obtener información de acontecimientos futuros a través de
“su conciencia y
exclusivamente a través de esta, es decir excluyendo los cinco sentidos y
“la inferencia lógica.-
“Los casos de precognición
son numerosos-continuó explicando-no solo en la casuística “paranormal, sino a
través de la historia.-
“Sin embargo la dificultad
estriba en que nos enfrentamos con un fenómeno de características
“espontáneas, es decir, que
se presenta en forma inesperada y difícilmente bajo condiciones
“controladas o según la
voluntad del individuo.-
“Precogniciones famosas y
reconocidas ha habido muchas a través de la historia, pero lo que
“quizás mas nos intrigue
sea el significado que tiene el poder de conocer con anterioridad
“hechos que no pueden ser previstos
de ninguna manera.-
“Es un episodio extraño que
Morgan Robertson, haya escrito una novela llamado”Futilily”,
“donde describe un moderno trasatlántico
que navega entre Londres y New York y al que lla-
“ma Titán.-
“Sabido es que 12 de abril de 1912,
se hunde el “Titanic”, como si se cumplieran los hechos “relatados por
Robertson, ambos buques el de ficción y el real, tenían las mismas capacidades
“el mismo numero de
tripulantes, en suma eran exactamente iguales y se hundieron en la “misma
latitud, al chocar con un “iceberg”.-
“Este libro fue publicado
antes que el “Titanic” se construyera.Era, sin duda, una novela de “ficción,
pero profética o premonitoria.-
“Que le había sucedido al
novelista?-se preguntó a si mismo el capitán-Robertson no lo sabia, “pero
seguramente, había tenido un ingreso mental a otra dimensión.-
“Bueno el hecho es-continua
narrando el capitán- que me llaman para embarcar en el vapor San Martin, el ex”Aurigny”
un “buque francés de 9588 toneladas, construido en el año 1917, ahora en manos
de armadores argentinos.-
“A fin de cumplir con los
requisitos, fui a buscar la orden de embarque a la institución
“sindical a la que pertenecía,
y en la sede me encuentro con el capitán G,, al que conocía
“por haber navegado en mi
practica, luego de egresar de la
Escuela de Náutica.-
“Me preguntó donde iba a
embarcar, y cuando se lo dije me miró en forma seria y muy
“extraña, y me preguntó si conocía
el buque a lo que respondí afirmativamente, diciéndole
“que me parecía un buen
buque aunque algo vetusto.-
“Vea mi joven amigo-me dijo
G.-usted es dueño de embarcar donde quiera, pero le voy
“a hacer una reflexiòn.Es
un buque que lo veo con grandes dificultades, y una de ellas,
“tengo la premonición, de
que difícilmente vuelva a nuestros puertos, no se si alguno de
“los tripulantes pueda
volver a navegar...pero son cosas que se me ocurren, no lo tome
“como una verdad infalible,
somos humanos y usted sabe...-me dijo al ver mi rostro
“asombrado por lo que
estaba escuchando, todos nos podemos equivocar, remató
“con una mueca, que quería
expresar un sonrisa.-
“Bueno ahora lo voy a dejar-me
dijo inesperadamente-espero que no se olvide mi “reflexiòn.Hasta pronto-me
saludó-y bajó las escaleras a paso lento.-
“Una vez que me extendieron
la orden de embarque, me dirigí al puerto para presentarme
“a bordo, cosa que nunca ocurrió,
pues al cruzar la avenida Leandro Alem, un auto, me rozó,
“y me arrojó violentamente
contra la vereda, produciéndome una fractura en el brazo “izquierdo, lo que me
impidió embarcar en el San Martín.-
“Como Uds. tendrán
conocimiento o no, les diré, que un mes después de mi accidente, el
“23 de septiembre de 1954, el”
San Martín” desapareció en el mar con sus 54 tripulantes, sin “dejar rastro
alguno.-
efrain dorrego, octubre del
2005
Nota: Después de ser
escrito el relato, el autor tomó conocimiento que el “General San Martín” se
hundió con una carga de trigo a granel tomada en Bahía Blanca, en el Pacifico a
la altura del Golfo de Penas.-
Buenos dias,les cuento la experiencia de mi familia con ese triste episodio,
ResponderBorrarla premonición sobre esta nave la tuvo mi madre Julia ... mi papà, Antonio Aiace, marinero por años en Flota Mercante, Dodero y ELMA, tenia que embarcarse para ese viaje y estaba bastante preocupado "el barco es un poco viejo", le dijo a mi mamà, "no vayas Antonio, entre otras cosas està por nacer nuestro primer hijo, no vayas a este viaje, tengo una mala sensación" al final mi padre decidió no embarcarse ... el barco se hundió el 23 de septiembre ... yo nací el 24 de septiembre 1954
un saludo