jueves, 11 de julio de 2013

Not Falklands & Stop Engine!!! En mayo de 1983 aún el dolor era mucho. POR PICA PALO-

CATAMARCA II

CATAMARCAII
Not Falklands & Stop Engine!!! En mayo de 1983 aún el dolor era mucho. POR PICA PALO-
Las heridas no sólo que no cicatrizaban sino que laceraban a corazón abierto.-

Un año era muy poco para superar tanto débito de vidas y de todo lo además perdido en pos de una causa - indiscutiblemente justa pero horrorosamente utilizada – pergeñada en medio de orgías con vahos etílicos e intenciones de perennidad absoluta de su progenitoría.-

Normalmente en el exterior no se sufrían coletazos. A las madrigueras piratas y sus sucursales no se asistía ya que las relaciones estaban con las antenas “a tierra”, por eso los roces eran prácticamente inexistentes.-

Fuera de fronteras, el trapo con la “Union Jack” por lo general resultaba transparente a nuestra vista. El cipayismo anglófilo criollo guardaba silencio, más que respetuoso resultaba pusilánime.-

Eran las primeras horas de la tarde, el clima del otoño sudafricano en el puerto de Durban resultaba sumamente agradable. Con un compañero de correrías bajamos a tierra en esa hermosa ciudad de la costa oriental africana sobre el Océano Índico, y - tomándonos todas las precauciones del caso ya que era plena época del brutal “Apartheid” – nos fuimos a recorrer el “down town”.-

Luego de hacer una recorrida apreciando el área céntrica, bajamos despaciosamente por la “West Ave.” rumbo a la playa, la que para más datos era de uso exclusivo de los “blancos”, teniendo los archiconocidos carteles de “Not coloured people allowed”.-

A tranco cansino arribamos al “Acuario”, el cual se comunicaba por un puente interno sobre la calle con el “Delfinario”. Estábamos de suerte, en un rato comenzaría una función al mejor estilo de “Mundo Marino” y el tiempo que nos restaba hasta el evento nos permitiría una recorrida por todo el Acuario antes de la función misma.-

Luego de apreciar las atracciones naturales nos dirigimos al delfinario. Las instalaciones – como es dable suponer – rodeaban un enorme estanque contenido por una valla de acrílico que no impedía la visión al interior de esa gigante alberca.-

La función comenzó. Todo aquel que haya concurrido a un parque acuático con atracción de fauna marina tiene una idea de lo que son estos espectáculos. Éste seguía esos lineamientos.-

Pasaron lobos y elefantes marinos, focas, orcas, delfines, etc, con baño de agua a los de la primera fila (nosotros) provenientes de la carrera de orcas incluído.-

De repente se hizo un espacio ligeramente más pronunciado que los antes empleados para separar un acto del otro, desde uno de los ángulos formados por las tribunas donde nos alejábamos los espectadores, apareció una muy agraciada señorita con atuendo acorde a la situación y micrófono en mano.-

La nóvel maestra de ceremonia se puso en marcha hacia el borde del estanque seguida por la simpatiquísima figura de un maravilloso pingüinito, el que para despertar mayor ternura tenía sus palmípedas extremidades inferiores enfundadas en impecables botitas de cuero o cuerina suave, estimándose que ese calzado sería más para proteger sus patitas que para el efecto histriónico.-

La señorita, mientras caminaba, iba comentando en inglés y en afrikaan las características de este tipo de ejemplar, así enunciaba los detalles específicos respectivos y en su locución lo separaba de los otros tipos de pingüinos. Hasta que le tocó a la señorita referirse al ámbito natural del palmípedo mencionando diferentes zonas y áreas, cerrando con “Falkland Islands” como último enunciado…

De cuestiones de medicina me confieso como el más abigarrado ignorante, por eso no puedo referirme al proceso de volcado de adrenalina en sangre, pero sí puedo decir lo que se siente como paciente en esos casos…

Un calor intenso comenzó a brotar desde mi cabeza y fue descendiendo por todo mi cuerpo, cual el Increíble Hulk sentía que mi ropa se descosía tratando de contener mi anatomía. De repente me ví a mí mismo puesto de pié y con voz plena, en dirección a la domadora de pingüinos, gritar a los cuatro vientos “Not Falkland Islands!!! Malvinas Argentinas!!!”

Wow…!

Silencio sepulcral en todo el predio…

Mi compañero, cuya altura era de no más de 1,60m, había quedado sentado en la butaca de mi derecha. En ese momento me miraba desde abajo con ojos aterrorizados, ahora parecía un niño que acaba de romperle la ventana de un pelotazo al vecino más insoportable…

La dosis de adrenalina mantenía mi inconsciencia totalmente vigente, por eso seguía manteniéndome de pié pese a los 600 o 700 pares de ojos – descontados los de mi socio de desgracia – que se habían clavado en mi persona como si yo fuese un ejemplar marino nunca visto recién extraído de la Fosa de las Marianas en Mindanao…

Igualmente, teniendo el miedo aplacado por la adrenalina, yo bufaba de bronca.

Pasados unos instantes, los que a mi socio le parecieron tan largos que creía que le iban a pagar aguinaldo extra por dicho tiempo, la señorita que conducía al pingüinito, con un sentido de ubicación mayor que el mío, mirándome con una leve sonrisa impresa en su bello rostro, me respondió . “OK. Malvinas Aryentinas… or Falkland Islands” con un leve encogimiento de hombros.-

Retornando a la vida mi compañero me agarró del brazo indicándome que me sentara, pero sobretodo que me quedara callado, íbamos a ser los únicos blancos muertos en zona de blancos por blancos en plena época del “apartheid”…

Pero confieso que la satisfacción obtenida fue la misma que cuando se proviene de varios metros de profundidad y se aspira la primera bocanada de aire en superficie.-

Dejamos Durban y emprendimos la deliciosa travesía del Índico rumbo a Singapur. Serían, por lo menos, 16 días de agua, cielo y hélice intercalando los maravillosos archipiélagos de Comores, Seychelles y Maldives para luego caer al SE ingresando al estrecho de Malacca entre Malaysia e Indonesia.-

Singapur y su añorado clima ecuatorial. ELMA nos otorgaba el placer de amarrar a muelle en la gran mayoría de las veces en lugar de operar en alije desde boya como era en general para otras armadoras. Encima los muelles a los que íbamos, salvo cuando nos tocó el Jurong Port, estaban a pocas cuadras del centro, lo que nos permitía salir y volver caminando si es que así lo preferíamos, de todos modos los taxis tenían un costo ínfimo, por lo tanto la opción no era por razones de economía como ocurría en Japón.-

Promediaba la tarde. A proa nuestra el muelle estaba libre. De repente aparece un remolcador por nuestra banda de agua trayendo un buque en dirección al lugar señalado. Era un buque mercante inglés.-

Cuando el casillaje del british ship alcanza la popa nuestra, por sobre la borda de Er del mismo había un grupo de tripulantes que se habían bajado sus pantalones y calzoncillos ofreciéndonos a la vista sus “partes pudendas” mientras otros de los mismos se reían a carcajadas por la burla a la que nos sometían.-

Pero la vida da revancha…

El mercante británico comenzó la maniobra atracando su Pp a nuestra Pr, en determinado momento – por causas que ignoramos pero en que en verdad no nos interesaron en absoluto – la aleta de Er de ellos dio con inusitada fuerza contra el muelle arrancando una bita de cuajo y parte de la mampostería de fijación…

Nuestro aplauso cerrado desde la barandilla de proa, donde proverbialmente nos habíamos dispuesto, se escuchó sonoramente por un buen rato mientras los pseudo-nudistas de antes ahora eran lauchas mojadas corriendo de un lado a otro presa de la desesperación y vergüenza.-

“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” diría Pedro NAVAJA, y yo agrego “revanchas” también, por lo que ésta fue una pequeña revancha que la vida nos regaló en lugar del desastre que nos obsequiaron los más altos artífices de la debacle merced a su arrogante ineptitud y repugnante cobardía.-

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